Conspiranoia: Cuando menos se espera, salta la liebre...americana

El sábado pasado de madrugada, un nuevo terremoto sacudió las costas sureñas de Chile, siendo en lo que va de año la segunda catástrofe natural de manigtudes desorbitadas en azotar sin restricciones la faz de nuestro planeta. La catátrofe se vio agravada por el tsunami que barrió las costas chilenas tan solo escasos veinte minutos después del seísmo. Y ahora tras las penurias vividas en el país hermano, tras saqueos, hambruna, ayuda humanitaria que no llega, y demás penalidades, nace la vena creativa de los conspiranoicos, un deporte que al parecer les gusta practicar a los habitantes del país inca.

Instalaciones de HAARP desde el aire, en las inmediaciones del Monte Sanford en Alaska

¿Habéis oído hablar alguna vez de HAARP (High Frequency Active Auroral Research Program -Programa Activo de Investigación de la Aurora mediante Alta Frecuencia-)? Se trata de un potente radiotransmisor (el IRI, Ionospheric Research Instrument -Instrumento de Investigación Ionosférica) de alta frecuencia que se emplea para modificar las propiedades de la ionosfera en una zona limitada de la misma. Es un proyecto científico de las Fuerzas Armadas y la Marina estadounidenses en colaboración con la DARPA (Defense Advanced Research Projects Agency) y la Universidad de Alaska. Su objetivo es estudiar las propiedades de la ionosfera y potenciar los avances tecnológicos que permitan mejorar su capacidad para favorecer las radiocomunicaciones y los sistemas de vigilancia (tales como la detección de misiles). Pero ya desde su creación en lo años 1990 recibió duras críticas por su supuesta inclinación hacia usos militares (no en vano la Armada y la Marina estadounidenses estaban involucrados en el proyecto). Los ataques más frontales vinieron desde la URSS, que ya por aquellos entonces daba sus últimos coletzos de vida. No obstante, Vladimir Putin elevó una queja formal ante el parlamento ruso unos años más tarde, en 2002, alegando que la tecnología usada por HAARP influía en la troposfera con ondas de radio de alta frecuencia y que este avance cualitativo de Estados Unidos podía compararse con el paso de las armas blancas a las armas de fuego, o de las armas convencionales a las armas nucleares. Incluso el Parlamento Europeo confirmó que la estación HAARP manipulaba el medio ambiente con fines militares por lo que debería ser objeto de una evaluación. Así mismo, en dicha resolución dejaba clara la prohibición de implementación de cualquier armamento que permitiera la manipulación de los seres humanos.

Y es aquí a donde quería llegar, pues los chilenos (o al menos un grupo de ellos con presencia en un espacio televisivo, con capacidad de alienar las cabezas huecas de muchos televidentes, esta vez sí, a través de las ondas) creen en la autoría material de estos cataclismos, no sólo del terremoto que devastó tierras australes, sino también del terremoto de Haití. ¿El culpable?: Estados Unidos, naturalmente. Y es que nuestros hermanos de Chile piensan que Estados Unidos podría haber usado la tecnología del IRI para lanzar ondas electromagnéticas de plasma a la troposfera y que éstas, cual pelota vasca, rebotaran para caer en el territorio esperado y deseado para desatar todo tipo de catástrofes naturales. Así, podrían haber sido los responsables de despertar al Katrina que desoló Nueva Orléans, de originar el tsunami que barrió la costa de Tailandia, o que crearon los terremotos que sacudieron tierras chilenas y haitianas. En el siguiente vídeo podréis observar de qué os hablo:


No se puede negar el hecho de que tienen imaginación a la hora de crear conspiranoias. Estados Unidos, en el papel de The Company, arremete contra los 4 ¿¿¿billones??? de habitantes mundiales que entorpecen su hegemonía económica. Y esto hace que me pregunte cuándo le tocará el turno a España y un maremoto nos engullirá para no resurgir nunca más.

Fuera de ironías, lo que sí es cierto es que es muy extraño que en lo que llevamos de año hayamos sido azotados por dos terremotos y estemos sufriendo una época de lluvias torrenciales que nos están ahogando poco a poco. Estamos en el 2010...10, qué número más bonito, tan redondo, tan exacto, tan perfecto, lo numerólogos estarán ocupadísimos creando cábalas sobre el tema. A ver si los Aztecas no iban a estar demasiado desencaminados...el 2012 está cerca...

«Y tras las tormentas llegaron las inundaciones, y las aguas anegaron campos y ciudades; y llegaron los vientos huracanados que arrancaron de cuajo árboles y edificaciones; y entonces la tierra gimió de dolor resquebrajándose y abriéndole paso al fin del mundo»

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